domingo, 8 de febrero de 2009

El Beleño



Esta planta Crece en terrenos arenosos, baldíos, taludes, terraplenes y bordes de carreteras.

Esta planta fue utilizada por nuestros ancestros para sus rituales tanto aspirado como en infusión. El beleño negro se usa en casos de hipocondría, cólico de plomo, enajenación mental, epilepsia, neuralgias y convulsiones. Además, sus hojas frescas se aplican exteriormente en tumores y úlceras; mientras que ya secas, se recomienda fumarlas en forma de cigarrillos para las enfermedades del pecho. También se supone que hervidas con leche, calman los dolores reumáticos crónicos


El padre de Hamlet murió envenenado con beleño negro.


El humo de sus semillas, cogidas y quemadas a la hora de Saturno, provoca riñas, discusiones violentas. Brujos malvados aprovechan las propiedades maléficas del beleño negro para producir la locura y a veces la muerte, obrando a distancia y con toda impunidad. Esta planta forma parte de la pomada con que se untaban las brujas para asistir al aquelarre. Esta receta infernal vale más que permanezca ignorada. Únicamente ha sido publicada en el libro Páctum, afortunadamente hoy rarísimo

"Es un hecho conocido, que con el estracto de esta planta, aunque usado en otra forma, puede producirse una excitación sexual, satirizáis o ninfomanía"

LÁGRIMAS DE ELFO



En tu corazón anidaron leyendas de héroes, historias de magos, aventuras de elfos, ... Y así creciste, sintiéndote uno de ellos, parte de su estirpe, descendiente dormido que un día despertará y viajará al mundo de los sueños infantiles imperecederos.
Pero pasa el tiempo y no pasa nada, hasta que el azar, o quizá el destino te encara frente al espejo de la vida, y no ves al héroe, ni al mago, ni al aventurero elfo, ..., si no a un sencillo, humilde y común hobbit con sus miedos, defectos y limitaciones.
Te dirán que así es, que lo aceptes, mil razones te argumentarán, y todas ellas sólidas como rocas, pero el corazón no entiende de razones, es loco e infantil, y en lugar de un hobbit feliz, a veces ocurre que quedan lágrimas de elfo resbalando sobre las mejillas de un resignado
hobbit.