domingo, 7 de diciembre de 2014

Carnaval , fiesta pagana

Los carnavales es una fiesta de claro origen pagano, no cristiano, ni tiene relación alguna con el dogma cristiano. El origen de los carnavales parece estar en una  celebración babilónica en la que se nombraba rey a un reo por un día. El protagonista gobernaba durante todo el día como si fuera el autentico rey, se le concedían todos los caprichos, y al acabar este periodo se le ejecutaba. Todavía en muchos lugares se quema a un pelele con corona para finalizar los carnavales, y en otros lugares se produce el llamado “entierro de la sardina” para cerrar estas fiestas,  que consiste en la quema de una figura con forma de sardina.

La fiesta babilónica paso a celebrarse también por los griegos y romanos. Estos últimos lo llamaban bacanales y la celebraban el 17 de marzo (con el comienzo de la primavera). Eran fiestas en las que se bebía sin medida y se daba, parece ser, rienda suelta a los placeres carnales. Este fue el origen de los carnavales que se celebraba en la edad media.

Esta es una fiesta pagana. Pero curiosamente la fecha de celebración depende del calendario  cristiano, en concreto de la celebración de la semana santa. Porque la ubicación de los carnavales se puede dar en febrero si la semana santa cae a finales de marzo, o en marzo si la semana santa es en Abril. De hecho el final de los carnavales marca el comienzo de la cuaresma. La cuaresma es una época de ayuno, meditación y oración en la que los fieles han de preparar la llegada de la semana santa. La cuaresma son los 40 días previos al domingo de ramos, que es el domingo anterior al domingo de resurrección. El primer día de la cuaresma es el miércoles de ceniza, por lo tanto el martes anterior es cuando finalizan los carnavales. Es la noche de este martes cuando se celebra el entierro de la sardina.
 La razón de que los carnavales se celebren en consonancia con las fiestas cristianas es que estas fiestas le dotaban de un sentido y un significado muy concreto. A saber: los carnavales eran el último momento de desfogue antes de la cuaresma, que era una temporada de penitencia y contrición. Como paso previo a las sobrias celebraciones de la cuaresma los hombres medievales daban rienda suelta a sus pasiones carnales y celebraban banquetes copiosos. Aunque pueda parecer una actitud sorprendente y poco edificante, estas celebraciones están documentadas por  diversos documentos como “el libro de buen amor”.

En este libro se relata con ciertas dosis de ironía como se daban estas costumbres, y como las seguían también los clérigos. Así esta obra relata de una forma simbólica como cada año había una batalla entre don carnal y doña cuaresma. Y como clérigos, frailes y monjas salían a recibir a don carnal y don amor otra vez  una vez finalizada la semana santa.

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